Hoy, 15 de junio, quizás sea licenciada y yo sin saberlo. No sólo licenciada sino doblemente licenciada.
Hoy, 15 de junio, he disfrutado cada segundo de lo que ha sido mi vida universitaria: las hojas que se mecen con una sinfonía vegetal en Blasco Ibáñez. El paseo hasta la facultad, sonriendo a todos y a todo. La satisfacción de que he cursado asignaturas de las tres especialidades que se enseñan allí. El cosquilleo nervioso del último examen, estando incluso en la misma clase, la 201: primera y última en la que he hecho un examen universitario. El cerrar la pluma, plegar los folios a tamaño cuartilla... Y el correr escaleras arriba hasta el quinto porque como siempre y como nunca, no tengo espera.
Toquemos madera. Hoy, quince de junio, quizás ya sea licenciada. Bueno, doblemente licenciada.
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